Los acaricidas actúan mediante diferentes mecanismos, dependiendo de su composición y modo de acción. Algunos interfieren en la transmisión neuromuscular de los ácaros, provocando parálisis y muerte, mientras que otros inhiben la síntesis de quitina, afectando el desarrollo de los estadios inmaduros.
El espectro de control de estos productos puede abarcar diversas especies de ácaros, como Tetranychus urticae (araña roja), Panonychus ulmi (ácaro rojo europeo) y Brevipalpus spp., entre otros. La elección del acaricida adecuado debe basarse en la identificación precisa de la especie objetivo y en la consideración de su ciclo biológico.